Acuerdos de Confidencialidad (NDA) y su Rol en la Protección de la Propiedad Intelectual

En el ecosistema actual de innovación y desarrollo tecnológico, los activos intangibles representan una parte significativa del valor de las empresas. 

En este contexto, los acuerdos de confidencialidad, conocidos como NDAs (Non-Disclosure Agreements),  juegan un rol estratégico en la protección de información sensible, especialmente cuando esta información puede derivar en la obtención o consolidación de derechos de propiedad intelectual.

¿Qué es un NDA?

Un NDA (Non-Disclosure Agreement), o acuerdo de confidencialidad, es un contrato legal mediante el cual una o ambas partes se comprometen a no divulgar, usar ni permitir el uso indebido de determinada información confidencial intercambiada durante una relación comercial, contractual, laboral o de colaboración.

Este tipo de acuerdo cumple una función preventiva y estratégica: establece un marco jurídico claro para proteger información que, sin estar necesariamente registrada como propiedad intelectual, constituye un activo crítico para quien la detenta. 

Esto incluye desde desarrollos tecnológicos e ideas de negocio hasta estrategias comerciales, fórmulas, algoritmos, prototipos y cualquier otro tipo de know-how.

El NDA es especialmente relevante cuando la información que se comparte podría derivar en la obtención de derechos exclusivos, como patentes, derechos de autor o registros de marcas, o cuando se trata de secretos comerciales que no tienen protección registral, pero cuyo valor depende precisamente de mantenerse fuera del dominio público.

En suma, el objetivo de un NDA no es solo evitar la divulgación de información confidencial, sino también establecer condiciones claras de uso, acceso, duración de la obligación y mecanismos de resolución en caso de incumplimiento. 

Su existencia y correcta redacción puede ser decisiva para preservar la ventaja competitiva y la integridad jurídica de los activos intangibles de una organización.


El NDA como herramienta de protección previa a la formalización de derechos de IP

En muchas industrias, los derechos de propiedad intelectual no nacen automáticamente: requieren registro o, al menos, mantenerse inéditos hasta su formalización. Un NDA se convierte, por tanto, en la primera línea de defensa en escenarios como:

  • Divulgación de invenciones aún no patentadas

  • Revisión de marcas o diseños antes de su registro

  • Proyectos colaborativos con terceros

  • Desarrollo de software y know-how técnico

Riesgos de no contar con un NDA

La divulgación prematura y no protegida de información puede:

  • Invalidar solicitudes de patente (especialmente en sistemas como el estadounidense, donde la novedad absoluta es un requisito).

  • Exponer secretos comerciales que no están protegidos por registro pero sí por confidencialidad activa.

  • Generar disputas de autoría, titularidad o uso no autorizado de información protegida.

Buenas prácticas al redactar un NDA en materia de propiedad intelectual

Un NDA efectivo no solo protege la confidencialidad de la información, sino que también respalda la estrategia legal de propiedad intelectual de una organización. Para ello, es fundamental considerar los siguientes elementos al momento de su redacción:

1. Definir con precisión la información confidencial

Es indispensable describir de forma clara y exhaustiva qué tipo de información estará protegida. Esto puede incluir código fuente, algoritmos, fórmulas, prototipos, planos, procesos técnicos, estrategias comerciales, bases de datos, resultados de investigación, entre otros. 

En el ámbito de la propiedad intelectual, una definición ambigua o demasiado amplia puede restar validez al acuerdo o generar dificultades probatorias en caso de disputa. 

Es recomendable, además, establecer cómo será identificada la información confidencial (por ejemplo, marcada como “confidencial” en documentos físicos o digitales).

2. Establecer plazos razonables de confidencialidad

El NDA debe especificar la duración durante la cual la obligación de confidencialidad estará vigente. 

En temas de PI, este plazo puede variar según el tipo de activo: por ejemplo, en el caso de una invención en proceso de patente, el deber de confidencialidad debe mantenerse al menos hasta que se presente la solicitud formal. 

Para secretos comerciales o know-how, la obligación puede extenderse indefinidamente mientras la información no sea pública y conserve su valor económico por su carácter reservado.

3. Incluir cláusulas de no uso

Una protección robusta no se limita a prohibir la divulgación, sino que también debe impedir el uso no autorizado de la información confidencial para beneficio propio o de terceros. 

Estas cláusulas de "no uso" son esenciales en contextos de desarrollo conjunto, outsourcing o negociaciones preliminares, donde el riesgo de apropiación indebida de una idea, tecnología o diseño es especialmente alto.

4. Regular el retorno o destrucción de la información al término de la relación

Al finalizar la relación contractual o comercial, el NDA debe establecer qué ocurre con la información confidencial: si debe ser devuelta, destruida o conservada bajo ciertas condiciones. Esta cláusula evita que, una vez terminada la relación, la otra parte retenga información sensible que podría ser utilizada sin autorización o filtrarse inadvertidamente.

Estas buenas prácticas no solo fortalecen la protección jurídica, sino que también contribuyen a generar confianza entre las partes y demostrar una gestión profesional de los activos intangibles.

En el ámbito de la propiedad intelectual, la confidencialidad no es un detalle administrativo: es una estrategia clave para preservar derechos, evitar conflictos y sostener ventajas competitivas. 

Ya sea en etapas tempranas de desarrollo, durante negociaciones comerciales o en colaboraciones técnicas, contar con un NDA bien estructurado es una medida esencial para proteger los activos intangibles de mayor valor en una organización.

En Santa Cruz IP, contamos con amplia experiencia asesorando a empresas, startups y centros de investigación en la redacción, revisión y negociación de acuerdos de confidencialidad, siempre desde una mirada estratégica de propiedad intelectual.

Si tu organización está desarrollando tecnología, contenido creativo o know-how sensible, podemos ayudarte a establecer los resguardos legales necesarios para protegerlo desde el primer momento.


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