Maximiliano Santa Cruz es el fundador de Santa Cruz IP, una firma boutique de propiedad intelectual, innovación y transferencia de tecnología. Ha estado en el centro de los desarrollos más críticos del sistema de propiedad intelectual chileno en los últimos 20 años y ha participado en los hitos más importantes del sistema de propiedad intelectual latinoamericano e internacional en las últimas dos décadas, abriendo camino en cada puesto que ha ocupado a lo largo de las diferentes etapas de su vida, todos ellos en propiedad intelectual. Antes de fundar Santa Cruz IP en 2019, dirigió el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI), la oficina de patentes y marcas de Chile, durante cuatro gobiernos diferentes, desde su creación en 2009 hasta octubre de 2018, seleccionado a través del Sistema de Alta Dirección Pública, diseñado para reclutar jefes de agencias chilenas con criterios esenciales de mérito. Lideró la reforma más radical del sistema de propiedad industrial en tecnología, procesos, normas, transferencia de tecnología e internacionalización. En los últimos años, INAPI ha sido elegida en tres ocasiones como la mejor agencia gubernamental de Chile, destacándose en la transformación digital del Estado (100% en línea, lanzando datos abiertos y herramientas de inteligencia artificial) y convirtiéndose el año 2016 en el primer servicio público autorizado para teletrabajar (35% del personal). Promovió la adhesión de Chile al Tratado de Cooperación de Patentes (PCT), llevando, además, a INAPI a formar parte del grupo de Autoridades Internacionales de Patentes dentro del mismo tratado, y promoviendo que Chile estableciera la primera Autoridad Internacional de Depósito de Microorganismos en Latinoamérica bajo el Tratado de Budapest sobre el Depósito de Microorganismos para efectos de Patentes. Además de los reconocimientos a nivel nacional, en 2019 INAPI fue reconocida como la segunda oficina de propiedad intelectual más innovadora del mundo por la revista World Trademark Review, habiendo estado siempre entre las 10 primeras. Su enfoque en INAPI fue trascender las funciones básicas de registro, impulsando proyectos de política pública y transferencia tecnológica, lanzando herramientas como Inapi Proyecta para aprender, Inapi Conecta para comercializar, e Inapi Analiza para navegar estadísticas, además de promover la creación de una ley de transferencia tecnológica que unifique el tratamiento de los resultados de investigación generados con fondos públicos en Chile, al mismo tiempo que la gran reforma a la Ley de propiedad Industrial conocida como Ley Corta de INAPI. También lanzó una estrategia nacional de propiedad industrial con 50 recomendaciones, y defendió la adhesión de Chile al Protocolo de Madrid para el Registro Internacional de Marcas, a pesar de la oposición, considerando su beneficio para las empresas chilenas en procesos de internacionalización. Como uno de los fundadores de PROSUR en 2010, iniciativa de integración entre 13 oficinas de propiedad intelectual en América Latina, impulsada por el Banco Interamericano de Desarrollo, Maximiliano transformó a INAPI de receptor de cooperación a proveedor de colaboración en la región. Previo a INAPI, Maximiliano trabajó cinco años en Ginebra en la Misión de Chile ante la Organización Mundial del Comercio y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, donde presidió el Grupo de Trabajo del Tratado de Cooperación en materia de Patentes y el Comité Permanente de Patentes en OMPI, siendo elegido para reactivar este último tras un impasse de tres años. Fue vicepresidente del Comité Permanente de Marcas de OMPI, y participó en la adopción de la única enmienda realizada a los Acuerdos de la OMC sobre propiedad intelectual, y tuvo un papel muy activo en reformas clave como la Agenda para el Desarrollo de OMPI, el Tratado de Marrakech para Ciegos y la Estrategia de la OMS para la salud pública, innovación y propiedad intelectual. Antes de sus años en Ginebra, fue negociador en los capítulos de propiedad intelectual de varios tratados de libre comercio, incluyendo aquellos con Estados Unidos, la Unión Europea, Corea y otros, y creó lo que hoy es el Departamento de Propiedad Intelectual de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales. Fue uno de los panelistas en la disputa sobre propiedad intelectual y transferencia de tecnología entre Estados Unidos y China en la OMC, consultor del BID, EUIPO, Banco Mundial y OMPI en temas de propiedad intelectual y modernización de oficinas, e involucrado en iniciativas como el think tank de INTA sobre la Oficina de Propiedad Intelectual del Futuro. Hoy también es Asesor de la Oficina Europea de Patentes para Latinoamérica. Maximiliano es miembro del directorio de Cambia / Lens.org, la plataforma más importante de acceso libre a patentes y literatura científica. Desde 2011 y hasta 2020, fue presidente del Grupo Asesor de Expertos del Medicines Patent Pool, una de las iniciativas de acceso a medicamentos más relevantes del siglo, ayudando en la negociación de licencias de patentes y transferencia tecnológica para mejorar la salud en países en desarrollo, financiada por UNITAID. También es uno de los fundadores y parte del directorio del Centro para la Revolución Tecnológica en Industrias Creativas (CRT+IC), el que combina el pensamiento creativo con herramientas tecnológicas. Hoy, a través de Santa Cruz IP, asesora al sector empresarial, cultural, I+D, gobiernos y organismos internacionales en el uso efectivo de la propiedad intelectual, diseñando estrategias personalizadas que maximizan la competitividad, innovación y objetivos de negocio de sus clientes, con el uso de tecnologías avanzadas para el análisis de datos. Maximiliano publica frecuentemente sobre propiedad intelectual y ha sido profesor en diversas universidades chilenas.